José Joaquín de Olmedo
José Joaquín de Olmedo y Maruri; Guayaquil, Ecuador, 1780 -
1847) Político y poeta ecuatoriano. Hijo
de padre español y madre guayaquileña, realizó sus estudios en el colegio se
San Fernando de Quito y en la universidad de San Marcos de Lima, donde coronó
su carrera de abogado; entre sus compañeros siempre sobresalió como
versificador.
Tras regresar a su ciudad natal, fue enviado a las Cortes
de Cádiz, donde pronunció su famoso discurso "Sobre la supresión de las
Mitas", por medio del cual logró que se aboliera esa institución. En
dichas Cortes ejerció de secretario hasta que fueron disueltas por Fernando
VII. Ante la persecución desatada contra los diputados, Olmedo se vio obligado
a esconderse en Madrid.
Toda su vida se debatió entre los cargos públicos y el
deseo de dedicarse a las letras. Así, en el momento en que Guayaquil declara su
independencia, Olmedo fue nombrado miembro dela Junta de Gobierno, redactó una
constitución para Guayaquil, reorganizó el ejército y colaboró con Sucre en el
triunfo de Pichincha. Sin embargo, después de esta batalla, cuando Bolívar
llegó a Guayaquil y anexionó esta ciudad a Colombia, Olmedo protestó y se fue
con otros guayaquileños a Perú, donde fue electo diputado por el Departamento
del Puno y ayudó a redactar la primera constitución de aquel país.
En 1823, viendo en peligro la libertad del Perú, pidió
ayuda a Simón Bolivar; tras el triunfo de éste en la batalla de
Junín, Olmedo escribió en su honor el famoso Canto a Bolívar. Más
tarde (1825), se desempeñó por mandato de Bolívar como diplomático en Londres y
en París. De nuevo en su país, participó como representante por Guayaquil en la
Constituyente de Ambato. En 1830 ocupó la vicepresidencia de la Republica y la
prefectura de Guayaquil.
Aunque apoyó a Flores en el proceso de separación del
Ecuador de la Gran Colombia, cuando aquel gobernante quiso abusar del poder se
opuso a él y participó en la revolución antifloreana del 6 de marzo de 1845,
tras lo cual fue nombrado presidente del triunvirato al lado de Vicente Ramón
Roca y Diego Noboa. Cuando murió, en todas las ciudades del país se celebraron
funerales en su honor.
En su obra poética predomina un neoclasicismo al estilo de
Meléndez Valdés, perceptible en obras como su delicado soneto A la
muerte de mi hermana, su oda Al
árbol, su Elegía en la muerte de la Princesa de Asturias,
su Alfabeto para un niño y su Canción indiana, composiciones
descollantes entre un conjunto que se acerca al centenar. Pero la patria y la
política le empujan a escribir dos grandes cantos en los que se advierte más la
influencia de Quintana y hay indudables anticipos de romanticismo: La
victoria de Junín o Canto a Bolívar (1825) y Oda al general
Flores, vencedor de Miñarica (1843). Considerado el gran clásico de la
epopeya hispanoamericana, Menéndez Pelayo sitúa a veces a Olmedo por encima de
Bello y de Heredia.
También se dedicó al periodismo, y se mostró en todos sus
escritos como un hombre de amplia formación clásica con cierto sabor romántico.
Trabajó junto a los grandes hombres de la independencia: Simón Bolívar, José de
San Martín, Vicente Rocafuerte y el general Flores, pero lo hizo con libertad,
y con criterios de propia responsabilidad, primero hacia su ciudad, Guayaquil,
cuya independencia propugnaba tanto frente a Ecuador como frente a Perú; luego
frente a la autonomia del Ecuador y, finalmente, por la
dignidad de los indígenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario